




Esta vía me recuerda al bar que está debajo de casa de mi hermano, en el pleno centro de Logroño, una pequeña tasca, un tanto amarillenta, y con personajes de lo más curioso, así es esta vía; igual que los emparedados de detrás del sucio mostrador, que debido a nuestra percepción de lo bueno y lo malo no nos atrevemos a pedir uno, pero cuando ves a tu companero de barra, ese tipo enorme con cresta que saborea uno de ellos y que su cara tiene un gesto placentero, esto te anima a comerte uno de esos suculentos aperitivos; efectivamente, así es esta vía, asi es Retentum. Algo más que un aperitivo…
Retentun es la última vía abierta en el Circo de Troumouse, obra de la cordada Catalana más imparable del momento, y digo esto porque actualmente circulan con un vehîculo que dudo mucho que haya pasado la inspección técnica, y de los cuales prefiero no dar nombres en caso de que alguno de ellos esté en busca y captura.
El Circo de Troumuse se está convirtiendo en el centro neurálgico de las vías más indeseables del Pirineo, entre ellas cabe destacar la terrorífica Substance Ordinarie d’une fin de Siecle, o la completamente desastrosa obra de Despiau al Pic Heid, en la que se recomienda llevar un espitador en caso de que se haya desmoronado un cacho de montaña, entre toda esta basura nuestros amigos encontraron un lógico y divertido itinerario en el Mont Arrouy a la derecha del diedro Despiau, una serie de placas grises de difîcil protección.
Efectivamente son tipos profesionales, habían conseguido no pagar en ninguno de los parkings que el ayuntamiento de este pueblo-decorado impone durante los meses estivales, contentos vienen a Pau y nos relatan todos los pasajes clave, juntos escalamos por la zona y hacemos las visitas obligadas en la cuidad gala.
Para que empeceis a encuadrar a estos tipos, cuando entraron en casa lo primero que hicieron fue rebuscar en la biblioteca, y al cabo de unos minutos ya tenían cada uno su obra elegida, pero el libro que más les gustó fue sin duda; Arte, Poesía y Anarquismo, de Herbert Read, un escritor inglés del periodo de entreguerras, hacía ya tiempo que habíamos abandonado las estúpidas conversaciones de escalada, ahora los temás se vuelven interesantes: política, amor y gastronomía, Así pasaron las horas y las carcajadas eran tan sonoras que el llongueras del vecino aturdido por tanta diversión nos llamó la atención con la estúpida escusa del ruido del gallinero (tenemos tres gallinas en el jardín), yo creo que en realidad le molestaba tanta jovialidad en el vecindario.
Nuestros amigos se han marchado, volvieron al país de los peajes y nosotros nos quedamos con la responsabilidad de repetir su vía.
En Pau, los escaladores son bastantes y muy buenos, pero idiotas somos sólo un pequeño grupo. El miedo ya no está de moda, esto hace que el encontrar compañeros de escalada sea cada vez más difícil. Finalmente un granjero y un aspirante a guía serían los compañeros ideales, Vencent y Florent, tipos duros y amantes de las vías bizarras.
De la vía qué deciros: una obra maestra en su estilo, no es un recorrido que busque la estética a primera vista, busca la aventura, igual que sus aperturistas, busca la lucha con uno mismo, es el reflejo de sus vivencias y de la cantidad de libros que han leído.
Cuando repetimos la vía no pudimos terminar la escalada debido a una mala caida en el octavo largo que nos hizo abandonar y volver a encontrarnos con nosotros mismos como cada vez que una montaña te pone en tu sitio. Sin duda es una escalada compleja y comprometida, que como decía Vencent, esta vía le hubiera gustado a Bunny.
Martín Elias